sábado, 6 de noviembre de 2010

Palacio de los Olalla. 2º Parte.


El Palacio de los Olalla. Un solar lleno de escombros con una enorme reja oxidada. Eso era lo que quedaba de la casa. Algo me decía que me fuera, pero no sabía qué.

La verja cedió a duras penas con un chillido metálico. Buena manera de darme la bienvenida, pensé. Luego, silencio. Una vez dentro, atravesé los restos de la casa por encima: vigas de madera carcomida, tejas de pizarra, restos de cristal... fue grande mi sorpresa al descubrir que al fondo del solar había un cobertizo lleno de cosas. Un olor a cerrado, casi putrefacto venía de dentro. Encendí el mechero para poder ver. Un escritorio con telarañas y muchas cajas cerradas. Tapas azules, lo recuerdo perfectamente. Algo desgastadas por la humedad, pero estaba allí, esperándome. Un cuaderno moleskine que no puede evitar abrir. Salí del cobertizo y me senté en una viga. Era un diario. No estaba en muy buen estado, pero se podían leer muchos fragmentos:



27 de agosto 198..


¡Por fin es mía! ¡Aún no me lo creo! El caserón me ha salido tirado. Estos paletos cuentan historias absurdas sobre él y los herederos de Antonio Olalla estaban felices cuando les dije mi precio.(...) La idea del hotel le pareció bien al alcalde, pero duda de que pueda ponerlo en marcha.

Mañana iré para allá. María no me acompaña. Opina que es una idea descabellada (...)


31 de agosto


No esperaba que la casa se conservase tan bien. La he recorrido de cabo a rabo y apenas hay goteras. El desván es muy grande y está lleno de cosas. He encontrado objetos muy valiosos: un arpa, cristalería fina... ¡hasta un ajuar de novia!(...) El despacho del indiano es espectacular, la biblioteca es de roble macizo.


3 de septiembre


Mañana llegará el electricista, el fontanero y un decorador. (...)Mi mujer se queja de que el teléfono no haya llegado hasta el pueblo. Llegará cuando convierta este palacio en un hotel de lujo.(...)Encontré un libro ayer en la biblioteca bastante curioso. Tiene las iniciales del primer dueño de la casa. Sin embargo no tiene autor ni fecha.(...) Son unas imágenes muy interesantes,(...) el libro debe valer una fortuna...



8 de septiembre


Por lo visto, Antonio Olalla no caía bien en este valle.(...) Hombre del lugar sin fama ni gloria que volvió millonario de Argentina y construyó su casa a espaldas del pueblo(...) Se autoproclamó noble y eso enfureció a la burguesía local(...). Este pueblucho será mi Argentina particular...



15 de septiembre


¡En este valle son unos malditos incompetentes! Hace días que espero a los trabajadores y no aparece nadie. (...) Ese libro es muy extraño, ayer me pareció que se movía. En las imágenes aparece un mujer sentada. Pero lo acabo de abrir y me mira. No puede ser. Es el estrés, seguro.


26 de septiembre


He encontrado una escopeta y dos cajas de cartuchos en una cuna.(...) Ayer una delegación del pueblo vino a visitarme. Querían saber cómo iba mi hotel. No sé por qué no quisieron entrar en mi casa. ¡Idiotas pueblerinos! ¿Se creen mejores que yo?(...)¿Qué les pasa a todos con esta casa?(...)Cuándo he vuelto, la puerta estaba entreabierta...el viento supongo


27 de septiembre


Esta mañana he bajado al Vill(...) para hablar con los trabajadores y para comprar comida. Dicen que hasta enero no podrán subir.... ¡y encima quieren más dinero! (...) ¿Qué les pasa a todos con esta casa?(...)Cuándo he vuelto la puerta estaba entreabierta...el viento supongo (...)La mujer del libro tiene una expresión de odio...Dios mío...no es ninguna expresión. Me lo estoy imaginando(...)



5 de octubre


Carta de mi mujer. Me pide que vuelva, que porque no respondo...(...)Hay una ventana, en el libro ha aparecido una ventana y ayer no estaba.(...) La mujer me sigue mirando, ¡pero se ha levantado!(...) No estoy loco, no estoy loco...



13 de octubre


Anoche escuché ruido en la planta baja (...)toda la cocina estaba revuelta.(...) La clave tiene que estar en el maldito libro.(...) No volveré a casa hasta que aclare esto.



18 de octubre


Algo negro deambula por la cocina y me miró... He decidido atrincherarme en el despacho con las provisiones que me quedan. (...) La mujer ha salido por la ventana ¿ Qué pasará ahora?(...) Un golpe en la puerta (...) se que viene a por mí...



31 de octubre

Por favor. Digan a mi esposa que tenía razón. (...) La habitación arde...no hay ventana...

El diario se me cayó al suelo. Retiré la mirada, buscando un punto de apoyo a mi alrededor, algo que me hiciese volver a la realidad. Pero todo seguía en silencio. Me levanté a toda prisa y volví al cobertizo. A ciegas comencé a sacar cajas hasta que encontré una de libros. Vacié el contenido en el suelo y acerté. Un libro encuadernado en cuero. Cerré los ojos, con el corazón a mil por hora levanté la tapa. Había una imagen de una mujer sentada en una habitación. Aparté la vista. Volví de nuevo al dibujo: ¡me miraba! Intenté rasgar la hoja, pero me corté con ella. Tenía que destruir aquello.Desterrarlo para siempre de aquel lugar.


Junté todos los libros del cobertizo y les prendí fuego. Arrojé el diario primero y a continuación el libro de Antonio Olalla. Le costaba arder. Pero al final se consumió con los demás. Una sensación de sosiego recorrió mi cuerpo. Permanecí allí hasta que el fuego se consumió. Cuando me fui, el cielo empezó a llover.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gusta ;)

Andrea.