martes, 12 de mayo de 2009

Ajena...dolorosamente ajena.

Hoy la he vuelto a ver ajena, si, esa es la palabra, ajena.

Al menos en el exterior, en la fachada donde sus sonrisa solia posarse a cualquier hora o un gesto adusto y terco indicaba alguna evidente cagada por mi parte.

Pero esta tarde no, esta tarde se ha vuelto a repetir esa oscilación de cabeza, ese gesto de ``no me importa lo que digas, porque se lo que me vas contar, y me suena a viejo´´.

El problema es que tiene razón, razón como siempre y al dársela nunca la acepta. Pero no tiene la culpa. No tiene la culpa de que me haya relajado, de que siga sin medir mis actos, quizás antes más disimulados por un aura de desconocimiento mutuo.



Pero hoy no es como hace ya casi 7 meses, 7 meses trepidantes,rápidos, maravillosos. 7 meses donde movidas como la de hoy podrían pasar como anécdotas o que pensabamos enterradas.

Ya no somos desconocidos, de hecho, nos conocemos demasiado bien.

Pero hoy no, hoy a sido diferente. Algo se me ha volcando volviendo al este alfeizar, un sentimiento frio y atroz. Un terremoto que exige un cambio de rumbo, porque habría algo peor que verla ajena, y eso sería no verla.

Lo siento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Probablemente... eso último sería lo peor. Pero no va a darse el caso.